sábado, 2 de mayo de 2009

VIAJE... INTERIOR


Vivimos en una sociedad repleta de curiosidades. La que hoy me ocupa es uno de los verbos más de moda: viajar. Todos queremos viajar. Muchos viajamos. Pero pocos somos conscientes de si realmente sabemos hacerlo o no. La cuestión es que existen dos tipos de viaje: los viajes modernos y los viajes reales. Los primeros consisten en seguir las normas: ir a un sitio popular, a un gran hotel y visitar lo que alguien decidió que debíamos visitar. Los segundos son los realmente interesantes y tienen una única condición: tú. En los viajes reales, no importa el destino, no importa el dinero, lo que importa es la conciencia, vivir el lugar. Y para hacerlo lo único que debes hacer es mirar en tu interior, conocer el de los demás y dejarte llevar por todo lo que te rodea.

En mi camino ha habido muchos viajes modernos: el Caribe, cruceros por el Mediterráneo, París, etc. En cambio, reales tan sólo uno: Mallorca. Tres meses que empezaron con el desembarco en esa isla sin un sitio en el que vivir, sin nadie conocido y sin trabajo. Y, sin lugar a duda, la mayor experiencia de mi vida. Después de todo, lo que aprendes es que hay distintas formas de viajar, ninguna mejor, ninguna peor, tan solo distintas. Y, al final, lo único que sacas en claro es que el objetivo de un VIAJE (en mayúsculas) no es otro que conocer nuevas partes que están en tu interior esperando ser descubiertas.

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